sábado, 8 de noviembre de 2014

CREDO PERSONAL DE LA BIOÉTICA

CREDO PERSONAL DE  LA BIOÉTICA

Existen dos culturas, que parece que no son capaces de comunicarse: la
científica y la humanística. Si aceptamos que esta incomunicación es una de
las razones que hacen dudar de la posibilidad de futuro de la Humanidad,
posiblemente construyendo un puente entre estas dos culturas construiremos
un puente hacia el futuro.
1. Acto de fe: Creo en la necesidad de una acción inmediata que remedie un
mundo asediado por tantas clases de problemas.
Compromiso: Me comprometo a trabajar, juntamente con otros, por mejorar
la formulación de mis creencias y desarrollar otros credos semejantes a
este, y por unirme a un movimiento mundial que haga posibles la
supervivencia y un desarrollo más provechoso de la Humanidad, en
armonía con el medioambiente natural.

2. Acto de fe: Creo que la supervivencia y el desarrollo de la Humanidad,
tanto a nivel cultural como biológico, se encuentran fuertemente
amenazados por las actividades y planes actuales del hombre.
Compromiso: Prometo vivir mi propia vida e influir en la de los demás, de
tal modo que promueva la evolución de un mundo mejor para las futuras
generaciones y trate así de evitar acciones que pongan en peligro su futuro.
3. Acto de fe: Acepto el carácter único de cada ser humano, pero estoy
convencido de la necesidad de contribuir apasionadamente a la
construcción de la unidad de una sociedad mejor que el individualismo, y
en cierto modo, más grande, de forma tal que esté de acuerdo con las
necesidades, a largo plazo de toda la Humanidad.
Compromiso: Por tanto, prometo prestar atención a los puntos de vista
sensatos de otros, sean ellos mayoría o minoría, y reconozco la
importancia de un compromiso apasionado y concreto para producir
acciones eficaces.
4. Acto de fe: Acepto el carácter inevitable de algunos sufrimientos humanos
que resultan forzosamente del desorden natural de los seres sensibles y
del mundo físico,. Pero no aceptaré pasivamente los dolores que
provengan de la inhumana maldad del hombre contra el mismo hombre.
Compromiso: Por consiguiente, prometo hacer frente a mis problemas con
dignidad y coraje moral, y trabajar para ayudar a mis prójimos, los hombres,
cuando se sientan agobiados; trataré de alcanzar la meta de eliminar tanto
sufrimiento inútil que padece la Humanidad, considerada como un todo
holístico y sinérgico.
5. Acto de fe: Creo y acepto el carácter definitivo de la muerte, como parte
necesaria del proceso de la vida. Confieso mi veneración por la vida, mi
creencia en la gran fraternidad de todos los hombres y el convencimiento
de que tengo una obligación con las futuras generaciones.
Compromiso: Por tanto, me comprometo a vivir de tal manera que haga
bien a la vida de mis hermanos, los hombres presentes y futuros, y que sea
recordado favorablemente por aquellos que me sobrevivan.

ESTATUTO EPISTEMOLÓGICO DE LA BIOÉTICA
Conscientes de que toda ciencia, disciplina o saber requieren hoy de un
ámbito epistemológico específico, conviene delimitar el tipo de
conocimiento que aborda la Bioética, razón por la cual realizamos estas
precisiones epistemológicas:
- Se trata de una auténtica Ética que busca la verdad objetiva e
integral sobre el Hombre.
- Se apoya en la racionalidad humana secular y se sitúa en un plano
filosófico, más allá del ordenamiento jurídico y simplemente
deontológico (del deber disciplinar), y más acá de las convicciones
religiosas.
- Asume como criterio ético central la Persona humana, superando
una moral naturalista mediante una moral personalista y comunitaria
al mismo tiempo.
- Sus reflexiones están jalonadas por la búsqueda y la provisionalidad
de una construcción prospectiva.
Claro está que existe una Bioética cristiano-católica –incluso
neotomista- que intenta conjugar Razón y Fe, en la línea de la
Exhortación apostólica del Beato Juan Pablo II “EX CORDE
ECCLESIAE” (‘Del corazón de la Iglesia’, 1990:32) sobre las
Universidades católicas -como anticipo de la Encíclica ‘Fides et Ratio’
(1998)-, exhortación eclesial donde se insiste en el estudio de la
Bioética en universidades como la USTA.
5.1.3 LOS CUATRO PRINCIPIOS DE LA BIOÉTICA:

“¡No todo lo científicamente posible es éticamente lícito!”
(Claude Bernard)
1. No maleficencia: ‘Evitar el mal’ era una norma del código de
Hipócrates... Es una propuesta negativa: ‘No hagas a los demás lo que
no quieras para ti’ (Tobías 4:15). Se trata de no atentar nunca contra la
vida, antes preservarla.
2. Beneficencia:’Hacer el bien’ es la propuesta positiva y proactiva, que
Jesucristo plenificó: ‘Haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti’
(Mt 7:12; Lc 6:31), regla de oro ética universal que ha convalidado la

ciencia contemporánea en cabeza de reconocidos autores como Erich
Fromm. Como benevolencia (desear el bien), conlleva aliviar el
sufrimiento a toda costa....
3. Autonomía: Apunta hacia el respeto soberano a la libertad (libre
albedrío) del paciente y sus familiares, aunque este precepto tiene
límites (por ejemplo en la eutanasia como suicidio asistido y tiene
validez ante la distanasia o prolongación exagerada de la vida física, y
la ortotanasia o muerte digna de la persona sin prolongación artificial
de la vida)...
4. Justicia: respeto de la igualdad de todas las personas y de la
sociedad. Esta prescripción, sin embargo, trae dilemas en cuanto a la
optimización de recursos con personas ancianas o con niños, más
necesitados de inversión sanitaria... (Borda-Malo, 2000: 108-114)
La Bioética defiende entonces el principio de totalidad que considera
indivisible la naturaleza humana (psico-somática por lo menos, y el
principio del doble efecto: ‘Toda acción implica daños colaterales (no se
justifica una acción mala para obtener un fin bueno’, es decir, el fin no
justifica nunca los medios, a diferencia del utilitarista y oportunista N.
Maquiavelo). También .en ciertos casos aplica la máxima ética latina:
‘Minima de malis’ = ‘De los males, el menor’... criterio que es preciso
profundizar, puesto que se debe buscar lo mejor posible y se debe hacer
siempre lo humanamente justo.
5.1.4 COMPLEJOS PROBLEMAS Y DILEMAS BIOÉTICOS ACTUALES:

Inviolabilidad de la vida humana y conformación de la persona,
demografía y explosión demográfica y anticoncepción, estatuto jurídico y
humano del embrión, las células-madre, el aborto y sus clases,
ingeniería genética, manipulación genética y Genoma Humano,
eugenesia o mejoramiento de la raza, esterilización masculina y
femenina, inseminación artificial (homóloga y heteróloga), fecundidad ‘in
vitro’, partenogénesis (reproducción sin fecundación), clonación,
lobotomía, electrochoques, alcoholismo, drogadicción, trasplante de
órganos, homosexualidad masculino (pedofilia y pederastia) y
lesbianismo, bisexualidad, transexualidad o cambio de sexo, feminismo y
machismo, androginia (Todos los problemas actuales de género)... Sida,
eutanasia, distanasia y ortotanasia, suicidio, homicidio, legítima defensa,
tortura, huelga de hambre, deportes de alto riesgo, racismo, xenofobia,

guerra justa y guerra preventiva, morir dignamente, tanatología (tratado
de la muerte), Noviolencia... La mal llamada y desalmada ‘limpieza
social’ hoy tan extendida en nuestra sociedad colombiana (Ferrater-
Cohn, 1994; Jonas, 1995; Borda-Malo, 2000: 111-113).
5.2
ECOÉTICA
Se atribuye a Ernst Haeckel (1834-1919) haber acuñado en 1869 el
término Ecología (del griego ‘oikos’ = casa, morada, hábitat, ámbito vital
o biosfera; ‘logos’ = conocimiento), sobre la base de un monismo
naturalista y materialista o especie de panteísmo al estilo de B. Spinoza,
que han denominado ‘Hilozoísmo’ (materia animada) o ‘pampsiquismo’
(identificación de la mente y la materia) de origen presocrático jónico.
Hoy se habla de una ‘Ecosofía’ (gr.: ‘oikos’ = casa; ‘sophia’ = sabiduría),
que apunta hacia la denominada Ecología Profunda (‘habitar la misma
Casa o ‘Ecumene’, con todo lo que esto significa: entorno, cultura
humana) o Ecología Humana, y no a la simple ecología ambientalista,
reformista y a veces superficial (Raimon Panikkar ya usó en profundidad
este término en 1993, y el pensador posmodernista Félix Guattari lo
mencionaba desde 1990). Se trata, efectivamente de la Ecología radical
que pasa primero por la Biofilia (‘amor a la vida, y calidad de vida en
sentido pleno); luego se torna ‘Ecofilía’ (‘amor por la Casa, amistad con
la casa’ / Marquínez, 1999: 171-172), y se atreve a cuestionar los
mismos fundamentos culturales de Occidente, nuestro prototipo de
civilización depredadora y su forma de interrelación con la Naturaleza
(con mayúscula), y el Modelo de desarrollo económico capitalista... Es
una Ecología Fundacional y Revolucionaria, preventiva más que curativa
(biocéntrica más que antropocéntrica), y hacia esta se enfocaron
pensadores como M. Gandhi, Lanza del Vasto y los llamados
Altermundialistas contemporáneos: Ernesto Sabato, José Saramago,
Ignacio Ramonet, Noam Chomsky, Susan Sontag y un puñado de
escritores e intelectuales... el mismo Joseph Stiglitz que denunció –
aunque tardíamente “El malestar de la Globalización”. Porque esta
auténtica Ecología implica cambiar de fondo nuestras orientaciones geopolíticas
de forma drástica en el plano de las estructuras económicas,
tecnológicas e ideológicas. Leonardo Boff, brasileño, añade la Ecología
espiritual, que hoy se denomina Eco-teología (desarrollada
especialmente en la Universidad Javeriana de Bogotá).

0 comentarios:

Publicar un comentario